miércoles, 14 de julio de 2010

Pasando miedo

Hace unos meses confesé dos cosas: que soy una miedica y que soy fan de la saga Resident Evil. También juré que no vería la cuarta entrega, Resident Evil: Afterlife, en el cine, aunque saliera Wentworth Miller. Yo necesito verla en un entorno controlado, así si la cosa se pone muy malita le doy al pause mientras se me pasa el susto.

Cuando vi el primer trailer el horror me dominó, pero no por los zombies: ¡Dónde estaba Went! y lo que es peor ¡Por qué tenía que volver la petarda de Heroes!? Me pareció fatal que hubiera dos tías buenas y cero chicos idem. Y encima los zombies son más feos que nunca, y yo soy una chica sensible.

Afortunadamente mis temores eran infundados, en el segundo trailer ya se ve a Went.



Y aunque la estrenan en 3D voy a mantener mi promesa de no verla en el cine, por dos razones. La primera, es evidente, si ya palmo de miedo con la peli de normal imagínate si veo que un bicho chungo con dos cabezas salta hacia mí desde la pantalla. A mi edad hay que evitar esos sustos, que luego me salen canas.
Pero además tengo claro que por mucho que intenten colárnoslo el 3D de imagen real no vale la pena; se pierde definición en los fondos y casi tienes que tomarte una biodramina para no marearte. Si es animación sí que apuesto por el 3D, que conste.
Total, que para Septiembre la estrenan, y ya hay fotos de Went "patitas de pollo" vestido de soldado. Ya sabía yo que el uniforme le iba a quedar grande, ved las pruebas.

Aquí Went poniendo cara de interesante para que no nos fijemos en que la talla S de uniforme militar le sobra por todas partes.

martes, 6 de julio de 2010

Historias que no nos dejan

Por la cabeza me rondan de vez en cuando historias que leí o vi en la tele cuando era pequeña. Mal rollo. ¿Cómo puede ser que recuerde algo que vi con siete años y sin embargo haya escenas de Friends que he olvidado? ¡Sacrilegio!
Pero así es la vida y los misterios de la memoria.
De esas historias "enquistadas" en mis recuerdos hay dos que guardan una clara relación y de las que por motivos laborales, me acuerdo mucho últimamente.
La primera no sabría deciros exáctamente a que programa o serie pertenece, pero era como sigue: ambientada en el Londres de la revolución industrial un hombre, que posee una tienda (o algo por el estilo), recibe una oferta de trabajo que no puede rechazar. Por copiar a mano un diccionario le pagan un pastón, básicamente. Así que allí se va cada tarde, al bajo de sus empleadores, y con su pluma y tintero dedica horas y horas a copiar el María Moliner de la época. ¿Un trabajo de baja cualificación, sin esfuerzo físico y bien remunerado? Evidentemente aquí había gato encerrado. Mientras el pasaba las horas lejos de su comercio los timadores que le contrataron hacían un tunel para entrar en el local y desvalijarle.

Este es Charles Dickens, pero me vale para ilustrar la idea


La otra historia es de Ulises 31, como sabréis es la historia del mitico héroe griego Odiseo llevada al espacio con naves y planetas en lugar de barcos e islas mediterraneas.

El capítulo que recurrentemente se me viene a la cabeza es el de Sísifo, que adapta la historia mitológica a esto: Ulises llega con su nave a un pequeño planeta donde un hombre, Sísifo, empuja subiendo una colina una gran roca. Al llegar a lo alto la echa dentro de un agujero, del que no se ve el fondo. Un rato después otra roca aparece rodando por el valle y repite el proceso. Le explica a Ulises que los dioses le catigaron a subir esas rocas, y que cuando acabe con todas quedará liberado. En el capítulo se descubre que dentro de la montaña hay una maravillosa cadena de producción que recompone las rocas y las vuelve a sacar por otro lado y enviárse las de vuelta al valle. Imaginaos el bajón que le da al Sísifo, tiene una tarea eterna e inútil.


Es que los dioses eran unos cabrones de cuidado


Lo dicho, que estos días me acuerdo mucho de Sísifo y del comerciante timado,;y es que la mitología televisiva me demuestra que todo esto ya ha pasado antes y volverá a pasar...