lunes, 16 de febrero de 2009

Battlestar Galactica, el final está cerca



En Battlestar Galáctica se están dando prisa por cerrar temas a sabiendas de que les chapan el chiringuito, ved el capítulo de esta semana, 4x15 No Exit para comprobarlo. Lo que en Lost nos dan a cuentagotas estos días aquí en la galaxia es un festín de información que casi casi se atraganta. Por un momento sentí ganas de levantar la mano y decir: “Profe, más despacio que no me da tiempo a apuntarlo todo”.

Como se molestaron tanto en darnos todo lo que queríamos y más, dejan muy poco a la imaginación y a la especulación. ¿No te preocupa quién es Daniel?, os preguntareis. Francamente me importa un pito, con tal de que no sea mi amado Helo me conformo.

Y ya que estoy irreverente diré que fue mucho mejor el capítulo de la semana pasada, 4x14 Blood on the Scales. Tuvieron un momento de realidad, un momento de lucidez. Fue cuando Adama se salvó por los pelos del fusilamiento y le da la oportunidad al teniente al mando de volver al bando de los “buenos”. Este le contesta:

Lo siento, señor. Siempre le he respetado. Pero odio a los Cylon. Y no puedo aceptar órdenes de un líder que no luchará contra ellos.”

Más razón que un santo, oye, que se nos estaba yendo la pinza con esto de que Atenea es una cylon enamorada y que al final varios de los humanos que más conocemos de la flota resultaron ser marca “Final Five”. A ver, que esta gente a vivido el holocausto de su raza y luego una ocupación, todo de manos de los frakkin toasters. Que ahora sus líderes políticos y militares decidan una alianza porque aquí mando yo y punto en boca es un exceso. A mi Gaeta me cae como una patada y Zarek es un trepa que se pone del lado que le interesa para conseguir el poder, pero reconozcamos que su causa era justa.

Hay cosas que cuando se rompen no se pueden arreglar, no hay pegamento, argamasa, cemento ni soldadura que lo dejen como estaba. Como la traición de un novio o un buen amigo, aunque perdones no olvidas, ya no hay forma de volver atrás, de borrar el pasado. Y a los 39.603 supervivientes de las colonias de Kobol es lo que les pasa. Eso y que da mal rollo verte rodeado de diez rubias cañón todas iguales como fotocopias (aun si te molan las tías tiene que dar mal rollo).

Y bueno, esta parrafada es para decir que he perdido la fe en los dioses de Kobol y auguro un mal final para Galáctica. Tantos saltos espaciales, tantas galaxias exploradas para acabar descubriendo que los reyes son los padres y seguimos sin tener claro si fue antes el huevo o la gallina. ). Esta gente no puede coexistir, no habrá HuCy love por mucho mestizo que nazca. Y si los guionistas intentan colarnos ese Happy End menudo chasco.

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